El Cronista. Martes 10 abril, 15,30 h
Roberto Taravillo -de 5º- La noticia que traemos al “Cronista” en esta ocasión, hace referencia a una serie de sucesos a los que, a día de hoy, todavía no se ha encontrado una explicación convincente. Para empezar, este mes pasado, parece ser que ocurrieron algunas cosas que a una parte considerable del alumnado la mantiene en alerta y con cierta dosis de preocupación. De repente, en los primeros días del mes de marzo, desapareció dentro de las instalaciones del Centro, y en plena jornada escolar, la carpeta del profesor tutor de Quinto, con exámenes y diversa documentación.
Roberto Taravillo -de 5º- La noticia que traemos al “Cronista” en esta ocasión, hace referencia a una serie de sucesos a los que, a día de hoy, todavía no se ha encontrado una explicación convincente. Para empezar, este mes pasado, parece ser que ocurrieron algunas cosas que a una parte considerable del alumnado la mantiene en alerta y con cierta dosis de preocupación. De repente, en los primeros días del mes de marzo, desapareció dentro de las instalaciones del Centro, y en plena jornada escolar, la carpeta del profesor tutor de Quinto, con exámenes y diversa documentación.
Pero no ha sido éste el único hecho acontecido en estos últimos meses en cuanto a extrañas pérdidas de documentos y material escolar, sino que también hay algunas otras propiedades de diversos miembros de la Comunidad Educativa que se han echado de menos posteriormente, según nos cuentan algunos alumnos y alumnas, como exámenes, cuadernos, carpetas, gomas, lápices, flautas…, e incluso hay quejas por la pérdida de algún móvil, entre otros objetos. Así las cosas, y según relatan las fuentes consultadas, el profesor de Quinto la última vez que tuvo constancia del material que le pudo ser sustraído, fue una mañana durante las clases de Cuarto o de Sexto de Primaria, ya que fueron los cursos a los que impartió docencia aquel día.
Hace dos o tres semanas, por otra parte, también se perdieron dentro de la Escuela unos exámenes del tutor de Sexto, sin que se sepa todavía nada de ellos. Además, los de Quinto después del patio cuentan que al ir a su clase se encontraron las cajoneras tiradas, con un gran revuelo de diccionarios, bolis, estuches, etc., por el suelo.
Por si fuera poco, las mismas fuentes nos indican que una de las profesoras de Infantil también notó a faltar un cuaderno y, en fechas más recientes, a otro profesor le desaparecieron bolígrafos de diversos colores y a una chica
de Quinto un estuche.
Ante esta situación, los profesores tutores de los tres
cursos mencionados han decidido cerrar con llave las clases a la hora de los recreos mientras los alumnos se encuentran en el patio, o siempre que se quedan las aulas sin ocupar, aunque puede que esto no tenga la efectividad que se pretende, pues parece ser que hay alumnos y alumnas que entran al interior de las aulas desde clases adjuntas. No se trata de acusar a nadie, pues ante todo debe prevalecer la presunción de inocencia por más que existan indicios, o que todo tenga una explicación lógica y razonable sin que haya culpables, pero la sospecha de que se puedan estar produciendo pequeños hurtos en el Colegio, sin duda hace que se deban extremar las medidas de seguridad para evitarlos por si los hubiera y, a su vez, se haga necesaria una investigación que lo aclare.

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